Es ampliamente conocido que las lesiones músculo-esqueléticas son uno de los mayores problemas en el deporte moderno. De hecho, un equipo de fútbol profesional promedio con una plantilla de 25 jugadores suele sufrir alrededor de unas 50 lesiones durante el transcurso de una temporada. Para el jugador promedio, esto significa entre 1 y 2 lesiones a lo largo de una temporada. Lo que resulta en un tiempo promedio de baja de 24 a 37 días. Además, sabemos que en general la lesión más común ocurre, como era de esperar, en la extremidad inferior, en particular a nivel del músculo/tendón (4,5 lesiones/1000 horas de exposición). Estas lesiones representan alrededor del 40% del total de lesiones, mostrando una alta tasa de recurrencia (entre 12 y 48%). Siendo las lesiones más graves las que se dan en ausencia de contacto, durante el sprint o el cambio de dirección, lo que representa aproximadamente el 30% del total de las lesiones traumáticas en el deporte.

Los efectos negativos de las lesiones sobre el rendimiento (una baja incidencia lesional se correlaciona fuertemente con el éxito competitivo), sobre la economía del club y sobre la salud a largo plazo del deportista han hecho que durante los últimos años se desarrolle una amplia base científica que fundamenta las estrategias de prevención y readaptación de lesiones actuales. Situando, así, al entrenamiento de fuerza como una parte esencial en la medicina deportiva y en el rendimiento. De hecho, recientemente se ha demostrado que el entrenamiento de fuerza es la estrategia más efectiva para prevenir lesiones, reduciendo la presencia de lesiones un 66% y eliminando prácticamente por completo las lesiones por sobreuso. Lo que ha llevado a aplicar estos mismos principios en el contexto de la readaptación. Siendo el entrenamiento de fuerza la principal estrategia para recuperar la funcionalidad de los tejidos lesionados, generar aumentos en la fuerza y en la forma de producirla, reducir las asimetrías entre miembros y desarrollar la masa muscular. Todo ello con el objetivo de brindar al deportista las condiciones óptimas para una vuelta a la competición con garantías, no solo desde el punto de vista de su salud, si no también con garantías de rendimiento.

Este curso pretende reunir lo mejor del conocimiento científico y la experiencia y conocimiento práctico del equipo multidisciplinar de Proporción A. A lo largo del mismo abordaremos la valoración ecográfica y neuromuscular de la lesión músculo-esquelética a lo largo del proceso de readaptación y su importancia para determinar las fases del proceso readaptativo, control de la carga de entrenamiento y evolución del deportista, así como las metodologías utilizadas en la prescripción del entrenamiento de fuerza. Finalizando el mismo con una amplia visión práctica de la aplicación de los contenidos del curso en un caso real, donde el alumnado podrá experimentar y probar los ejercicios y progresiones propuestos por los docentes de Proporción A.

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