El entrenamiento pliométrico es un método de trabajo encaminado principalmente a la mejora de la fuerza explosiva. Se basa en la utilización del ciclo de estiramiento acortamiento (CEA), lo que permite incrementar el aprovechamiento de las capacidades elásticas de los músculos, así como una mejora en el acoplamiento del reflejo miotático. Ambos aspectos, sumados a la contracción voluntaria, hacen que se mejore dicha manifestación de la fuerza.

Si bien este método se viene utilizando desde los años 70, cuando comenzó a emplearse en disciplinas como el atletismo o la natación, poco a poco se fue introduciendo en otras modalidades deportivas,  ganando especial protagonismo en el entrenamiento de fuerza en deportes de equipo.

En estos deportes, la fuerza explosiva es un factor de rendimiento primordial y la principal ventaja del entrenamiento pliométrico es su versatilidad y la posibilidad de vincularlo a acciones de carácter técnico-táctico. En este sentido, resulta un sistema de trabajo con una alta especificidad, fácil de integrar y además motivante para los deportistas.

No nos podemos olvidar de la vertiente preventiva del mismo, ya que ha quedado sobradamente demostrado que la sobrecarga excéntrica, tanto de multisaltos como de multilanzamientos, juega un papel importante en la reducción del riesgo de lesión muscular. Por su parte, los multisaltos añaden un importante estímulo propioceptivo que ayuda en la reducción del número de lesiones de rodilla y tobillo.

En los últimos años, es de destacar el interés creciente que este método de entrenamiento ha ganado en el deporte femenino, probablemente debido a ese factor preventivo y a ese alto nivel de especificidad.

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